A pesar del compromiso público de que la nueva sede del Senado de la República fuera parte de los festejos por el Centenario de la Revolución, en noviembre (luego de fracasar el proyecto de que sus puertas se abrieran para el Bicentenario de la Independencia, en septiembre), ahora está en duda que la entrega del edificio esté lista en este año.
Y es que cada día crece el número de senadores que coinciden con la posición original del PRI, encabezado por Manlio Fabio Beltrones, de que el edificio se entregue al ciento por ciento de funcionamiento, pues de lo contrario ni los técnicos podrán realizar su trabajo ni los legisladores tendrán todas las herramientas para su labor, y será necesario mantener los edificios que actualmente se ocupan.
El proyecto es que sólo se use esta sede, que hasta hoy lleva un costo de dos mil millones de pesos, es decir, 300 millones más a los planteados en 2003, cuando se calculó en mil 700 millones de pesos, debido principalmente al impacto en materiales que se tuvo por la crisis financiera del 2008-2009. Además de esta mala situación financiera, los costos se dispararon por la adquisición de dos predios que no estaban considerados originalmente, de acuerdo con los reportes entregados a los responsables del Fideicomiso que administra Banobras.
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