El programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD) no considera los efectos perversos que pueda generar, porque con él, los países más industrializados están comprando su derecho a seguir contaminando, criticó Catherine Marielle del Grupo de Estudios Ambientales. «En lugar de cuestionar el modelo económico que nos ha llevado a este problema global, crean un ‘maquillaje verde’ para seguir contaminando, cuando no se está atacando las causas por la falta de voluntad política», subrayó.
Además, dijo, hay todo un negocio que se está creando en torno a esas acciones de disminución de gases de efecto invernadero, pero esos flujos de dinero vendrán de países en desarrollo que no están reduciendo sus emisiones y ese dinero no sabemos cómo se usará.
Marielle llamó a verificar que este programa que propone Naciones Unidas no deje los vacíos legales y financieros para que puedan entrar las plantaciones de biocombustibles y agroquímicos en el rubro de «conservación de bosques».
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