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Los grandes inversionistas aún no resienten la violencia del país

Pueblos enteros viven bajo el yugo de narcotraficantes, macabras ejecuciones atiborran los diarios y las extorsiones son moneda cotidiana, pero eso no ha ahuyentado a los grandes inversionistas de México. Algunos temen que la segunda mayor economía latinoamericana se convierta en algo parecido a Colombia a fines de la década de los 80. Un coche bomba estalló la semana pasada en Ciudad Juárez -la urbe más violenta del país- y ya son comunes los bloqueos en las calles de Monterrey por parte de narcotraficantes, cuna de grandes empresas y hasta hace poco un lugar tranquilo. La Inversión Extranjera Directa, las ventas minoristas y el sector constructor -renglones sensibles a mostrar evidencias de la violencia- no reflejan síntomas. Y, si hubo una caída, fue al ritmo de la economía en conjunto, coinciden expertos. «No se nota todavía en las estadísticas económicas», dijo Jimena Zúñiga, de Barclays Capital, que en un reporte hizo un detallado análisis de distintas variables de la economía.

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