Lo bueno: se reabrió la autopista Monterrey-Nuevo Laredo para el autotransporte federal de carga y reiniciar las actividades de comercio exterior e interior; el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, dijo que sí hay lana para la reconstrucción de la infraestructura de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila afectadas por el huracán Alex, se autorizó al Fondo Nacional de Infraestructura destinar 725 millones de pesos para la construcción del Nuevo Libramiento Ferroviario y el Puente Internacional en Matamoros para que Monterrey tenga otra opción en los movimientos de carga; Monterrey vive una economía de guerra que abre oportunidades. Lo malo: la reconstrucción de la infraestructura dañada no será en el corto plazo, como lo reconocieron el propio Ernesto Cordero y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas; la tercera generación de empresarios en Monterrey no ha reaccionado con prontitud; Kansas City Southern México anunció que no reabrirá operaciones ferroviarias en el Puente Anáhuac, la principal línea entre Nueva Laredo y Monterrey porque «hay importantes daños a su estructura debido a la erosión causada por los deshechos arrastrados por el cauce del agua (…)
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