Los dispositivos tienen un diámetro de 1,8 milímetros en su punto más ancho. En un grano de arroz cabrían 10 de ellos. Las diferentes piezas (engranajes, inductores, interruptores, etc.) tienen un diámetro menor que un cabello humano.
Una aplicación sugerida por los ingenieros que los han creado es incorporar cientos de estas máquinas a las carcasas o fundas de los aparatos electrónicos para permitir su recarga con los movimientos de aire de su alrededor. Sería suficiente agitar el teléfono en el aire unos minutos para poder utilizarlo de nuevo. Otra es recubrir las paredes de los edificios con estos aparatos para aprovechar la energía eólica en el interior de las ciudades o en casas aisladas.
Estos diminutos molinos de viento son una idea original de Smitha Rao y JC Chiao de la UT. Pero, mientras que la Universidad posee los derechos intelectuales para el diseño, la producción y la comercialización de los molinos de viento está en manos de WinMEMS Technologies Co., una compañia taiwanesa conocida en la industria de semiconductores que presentaron interés en el invento.
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