Con el propósito de reactivar el campo mexicano, el ingeniero Cuitláhuac Rangel Alcaraz, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), desarrolló un fertilizante orgánico a base de zeolita. Este desarrollo tecnológico, denominado Nerea Chinobampo, es resultado de 20 años de trabajo, reduce el tiempo de cultivo e incrementa la producción agrícola.
“La zeolita es un aluminosilicato que tiene la característica de intercambiar iónica y catiónicamente los elementos que tiene dentro de su estructura atómica. Contiene nitrógeno, potasio, fósforo, azufre, sodio y calcio que son los macronutrientes, y también aluminio, sílice, magnesio, manganeso, boro, plata, cobre, zinc, boro y bromo, que son los micronutrientes, todos necesarios para el sano crecimiento de una planta”, explicó el investigador.
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