Un cohete propulsor del tamaño de un centavo puede alimentar los satélites más pequeños del espacio para llegar a otros planetas, el desarrollo que abarata los costos de la exploración espacial de la agencia espacial estadounidense (NASA) fue inventado por el mexicano Paulo Lozano, Mente QUO+Discovery en el área de Futuro en la edición de 2011.
El diseño del profesor de aeronáutica y astronáutica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se parece más a un chip de computadora que a los cohetes actuales cargados con válvulas, tuberías y tanques pesados.
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