Nueva refinería, el gigante que espera

En abril de 2009 Petróleos Mexicanos (Pemex) informó que la sede para construir una nueva refinería sería Tula, Hidalgo. Desde entonces se definió que el proyecto, de largo alcance, se inauguraría en el próximo sexenio. Lo que no se vislumbró fue que, casi dos años después, no ha iniciado la construcción de la barda que la rodeará y ya se registraron cambios en la titularidad tanto de la paraestatal como de la Secretaría de Energía.

Ahora, el principal reto del nuevo secretario de Energía, José Antonio Meade Kuribreña, será demostrar que la obra es viable y que sí se darán los pasos previstos para concretarla, aunque se inaugure mucho después de 2012. Además del cambio en la Sener, antes se dio el de Juan José Suárez Coppel, en Pemex, en sustitución de Jesús Reyes Heroles.

Para el senador Juan Bueno Torio, la demora en la construcción de la planta que permitirá aumentar la producción de gasolinas, turbosina y diesel del país, es el resultado de que no se permita la participación de la iniciativa privada en la refinación en México y que la obra esté a cargo de un organismo de gobierno, en la Sener, como cabeza de sector y de Pemex. Refirió que cuando el gobierno invierte en una obra los procesos administrativos y legislativos de análisis, estudios, presupuestos y metodologías son lentos, con una dosis de política.

A casi dos años de anunciado el banderazo de salida de la construcción de la refinería, 27 empresas se han registrado para participar en la licitación para la construcción de su barda perimetral, cuya longitud será de 14 kilómetros. El fallo se dará el próximo 9 de febrero -si no se declara desierto de nueva cuenta- y requerirá una inversión de tres mil millones de pesos.