La preocupación principal en la frontera México-Estados Unidos es el tema de seguridad, así como en el resto de México. La pregunta que se hacen los ciudadanos de la frontera es cuándo y cómo se va a resolver. Quienes nos dedicamos a la construcción de proyectos de infraestructura binacional sabemos que para poder construir un puente sobre el Río Bravo es necesaria la participación de autoridades y los recursos tanto de la parte mexicana como de la americana.
No se pueden hacer puentes que sólo llegan a la mitad del río. Se deben de construir de ambos lados simultáneamente de forma que se encuentren en el claro común, de lo contrario, se corre el riesgo de que el puente de un lado no coincida con el otro, lo que nos llevaría a caer en medio del Rió Bravo.
En lo que corresponde a la seguridad, haciendo una analogía con la forma en la que se coordina el proceso de instrumentación de un proyecto de puente internacional, se necesita tanto de los órdenes de gobierno de los Estados Unidos como de México para que coincidan en el acuerdo que es el claro común. Para ello es necesaria una estrecha coordinación que no permita que los esfuerzos de los programas de seguridad caigan en el vacío o se hundan en las aguas del Río Bravo.
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